28 feb 2011

¿POR QUÉ YO CREO EN LA GUERRA ESPIRITUAL?

(Reflexión del 20 de febrero del 2011)

¿Por qué yo creo en la guerra espiritual?


1.     Para no ser engañados por falsas doctrinas de demonios.
2.     Para desenmascarar las artimañas de Satanás.
3.     Para salir del adormecimiento y el intento del diablo de que lo ignoremos.
4.     Para mantenerme en la ofensiva y salir de la defensiva espiritual.
5.     Para mantener un estilo de vida de fe y no acomodarme a lo que el mundo y el diablo me quieren imponer.


Diez Razones por qué la gente no cree en la guerra espiritual.
1.     Porque Satanás está derrotado.
2.     Porque yo no soy tan importante para que me ataque el diablo.
3.     Yo no me meto con nadie para que nadie se meta conmigo.
4.     Yo no conozco tanto la biblia.
5.     Yo no estoy tan metido ni involucrado en la iglesia.
6.     Yo no soy simpatizante del evangelio, no tengo amigos cristianos ni soy amigo de ningún pastor.
7.     Yo cierro la biblia toda la semana; no oigo ni cantos ni prédicas cristianas.
8.     Yo no oro ni ayuno.
9.     Yo no creo en cosas espirituales.
10.  Yo estoy muy joven o yo estoy muy viejo para esas cosas.


    Las respuestas a todos los interrogantes que podamos tener acerca de la guerra espiritual las podemos encontrar en las sagradas escrituras en el libro de Apocalipsis 12:1-17.

    Es urgente que renovemos nuestra mente y veamos la realidad, la necesidad de hacer guerra espiritual; es bíblico, es parte de la vida de fe del cristiano. La batalla, el conflicto espiritual es una batalla diaria en nuestras vidas, en todas las áreas de la misma. Debemos hacerle frente a esta realidad sin ignorarla ya que involucra a todo aquello que nos rodea, vidas y bienes, puesto que serán atacados por el diablo.

    Para cambiar aspectos de nuestra vida debemos hacer guerra espiritual, hay que desenmascarar al diablo y confrontarlo. Las iglesias han sido llamadas a ser iglesias militantes, guerreras, a guerrear contra el diablo y su reino.

    En el primer y segundo verso de apocalipsis 12 encontramos la historia de una mujer, que es la iglesia, vestida de sol, que es la gloria, y perseguida por el diablo en razón de su vestidura, de su gloria, puesto que Satanás no quiere una iglesia que resplandezca con la gloria de Dios.

    Los versos informan que la mujer de la historia estaba encinta y del interés del diablo de devorar todo aquello que pueda nacer de tu vida, de tu ser y de tu espíritu. Los creyentes son la iglesia, la mujer que va a dar a luz en este tiempo los propósitos de Dios y el diablo se pondrá al frente para devorar aquello que saldrá de ti.

    El verso cinco nos insta a guerrear para obtener la ayuda de los cielos. Debemos guerrear para no solamente tener revelaciones sino también para obtener la ayuda de los cielos al momento cuando el diablo nos ataque. Las bendiciones van a llegar sólo si peleamos, si guerreamos.

    Una batalla campal es descrita en el verso siete entre los ángeles de Dios y Satanás, el cual es derrotado y lanzado a la tierra con sus ángeles. Vencido fue con la sangre del cordero. Comienza la persecución de la iglesia representada en la mujer para destruirla y arrastrarla con él.  

    ¿Quieres tener victoria en tu guerra espiritual? He aquí tres herramientas poderosas que la biblia cita para obtener el éxito en nuestras batallas:
    1.    La sangre del cordero
    2.    La palabra de tu testimonio como creyente y miembro de un cuerpo
    3.    Morir por Cristo

    Solo con la palabra no podrás vencer al diablo puesto que éste no le teme. La palabra debe ir acompañada de tu testimonio. El diablo huye frente a un creyente que vive la palabra y que está bañado con la sangre del cordero. Por otro lado, es imposible tener victoria en una guerra espiritual sin estar determinados a dar nuestra vida por causa del evangelio. Dios debe estar y ocupar siempre en nuestra vida el primer lugar. Todo esto está ligado íntimamente al pacto del diezmo puesto que lo que traemos al alfolí pudiese servirnos para darnos gusto, para suplir nuestras necesidades, pero menospreciamos nuestra vida y le damos a Dios lo que le pertenece.

    Ahora bien, es importante saber que aplicando las tres herramientas bíblicas encontradas en los párrafos superiores para la obtención de la victoria en la guerra espiritual son las mismas tres causas por las que el diablo se nos va a levantar. El  está en la tierra con gran ira contra sus moradores. El diablo se les va a levantar.

    Satanás le declara la guerra a todos aquellos que guardan los mandamientos de Dios y viven el testimonio de Jesucristo. El viene para matar, para robar y destruir. La guerra espiritual no es fanatismo. El diablo es real, la guerra espiritual es real.

    La biblia dice en Efesios 6:12 que nuestra guerra no es contra carne y sangre sino contra las huestes espirituales de maldad. El diablo opera en todas las circunstancias que nos alejan del plan perfecto que Dios tiene para nosotros. Hay que resistir al diablo, sometiéndonos a Dios, y él huira.  

    Desde el primer día que dispongas tu vida a Dios, él te escuchará. Si la guerra espiritual no fuese real entonces ¿Por qué Jesús les dio autoridad a los apóstoles para echar fuera demonios?

    Las bendiciones van a llegar a nuestras vidas sólo si nos atrevemos a pelear, a guerrear.
    Todo lo que ocurre en el mundo natural depende de algo que está sucediendo en el mundo espiritual.

    EL ÁNIMO DEL HOMBRE SOPORTARÁ SU ENFERMEDAD

     (Reflexión del 11 de febrero del 2011)

    Apegados a la palabra afirmamos que el ánimo no es algo que viene de fuera, es del hombre, está en el hombre, es parte de su naturaleza, de nuestra creación.

    Muchas veces relacionamos el ánimo con agentes externos y ajenos al hombre, pero la verdad sea dicha la palabra ánimo, que significa fuerza, está en nuestro interior. Dios nos hizo y puso esto en nosotros.

    La palabra afirma en Proverbios 18:14 que el ánimo del hombre soportará su enfermedad física, emocional, sicológica. Hemos aprendido que el alma está compuesta por los pensamientos, la fuerza y la voluntad.

    Mundialmente hablando vivimos tiempos de desequilibrio mental, físico y espiritual en las personas.

    Hay personas bipolares, inconstantes, que tienen problemas en el ánimo. Son señales que indican que hay un problema, una enfermedad. La biblia siempre lo ha dicho. Los problemas de ánimo son una enfermedad.

    La biblia dice que el ánimo del hombre va a soportar, a vencer la enfermedad sea ésta física, mental o emocional. Es importante mantener un buen ánimo porque dice ¿Quién soportará el ánimo angustiado? ¿Quién lo soportará?

    La presente reflexión es para llamar la atención de la iglesia para tener siempre un buen ánimo. Satanás va a tratar siempre de desanimarte. Él lo sabe y es por ello que es imprescindible que cortemos con todo aquello que puede causar desánimo; es un requisito indispensable para tener éxito en todo lo que emprendamos y nos propongamos.

    Existen personas especialistas en desanimarnos con pensamientos fatalistas. Verdad absoluta: cuando alguien anda con el ánimo angustiado y nos les acercamos, terminamos afectados, nos roba nuestra fuerza interna, nuestro vigor. Tenemos que tener conciencia de la urgencia de mantener un buen ánimo. Necesitamos un buen ánimo.

    Hay muchas adversidades. Todos hemos vivido situaciones que han afectado nuestro ánimo al punto de robarnos la fuerza necesaria para recobrarlo; tomamos como algo normal su pérdida. Hoy es tiempo de recuperar el ánimo perdido.

    Hay pensamientos que debemos soltar, liberarnos de ellos puesto que los mismos nos desaniman. Hay alianzas emocionales. Cada vez que pensamos en alguien cercano a nosotros afecta nuestro estado de ánimo ¿Si es alguien muy cercano? Si no cortamos con ello la persona vivirá y nosotros moriremos. Y no podemos perder nuestro ánimo por alguien que, por mucho que lo amemos, necesitamos cortar puesto que nos está afectando para mal. Nunca avanzaremos en la vida sin ánimo y si no hay ánimo no hay vida.

    En el libro de los Salmos 77:13 el salmista nos deja ver que muchas veces nuestra alma rechaza el consuelo……me quejaba y desmayaba mi espíritu…. Cada vez que nos quejamos nuestro espíritu se desmaya.

    El salmista estaba viviendo una situación difícil y a partir del verso siete comienza a preguntarse respecto a Dios y su relación con él. El todo lo lleva a la conclusión que la enfermedad que lo angustiaba era suya, venía de su interior y cambia de la queja, del desánimo, del espíritu angustiado a la reflexión, a la meditación y terminar dándose cuenta que debía determinarse y ver la realidad. Presa de la enfermedad era y nada tenía Dios que ver en ello. Cuando hay queja, desánimo hay enfermedad física y bíblicamente hablando.

    Las enfermedades físicas y las del alma tienen igual efecto destructivo; son mortales, nos llevan a la tumba. Una  persona en estado de coma su alma lucha por la vida. La persona muere cuando muere su corazón y su mente, es decir, la muerte para llegar a una persona debe pasar por su espíritu, su mente y su alma. Muerta la mente la vida acaba.

    Que importante es que cuidemos nuestro ánimo. Sin ánimo no somos capaces de vivir. Una persona puede estar en la condición más grave, pero si su ánimo resiste el cuerpo de la persona soportará la enfermedad.

    Cuidemos lo que sale por nuestra boca, es muy  importante. Para morir hay que morir en el alma y en el espíritu; esto explica el por qué la biblia dice que la gente que no está en Cristo está muerta en sus delitos y pecados, haciendo referencia al alma, está en coma.

    Al venir a Cristo, él nos da vida; nuestra alma, nuestro espíritu comienzan a vivir” Alma mía alaba a Jehová, el espíritu exigiéndole al alma que alabe a Jehová. En la alabanza a Dios hay liberación, hay vida, hay esperanza.

    Cuando tenemos un problema anímico podemos superarlo con Dios. El corazón alegre constituye buen remedio más el espíritu triste seca los huesos dice Proverbios 17:22.

    Vamos a ser felices, vamos a alegrarnos, vamos a alegrarle la vida a los seres que están cerca de nosotros, vamos a ser embajadores de buenas noticias.

    El ánimo está ligado al espíritu. El espíritu y el alma tienen que estar en una perfecta comunión para producir un buen ánimo. Tienen que estar en armonía. Si el espíritu del hombre está en desacuerdo con el alma sucede lo que dice Santiago cuando habla del hombre de doble ánimo, el cual es inconstante en todos sus caminos ¿Usted quiere ser libre de esta enfermedad? La persona de doble ánimo es arrastrada; no piense esta persona que recibirá cosa alguna del Señor. Dios no te va a bendecir con altos y bajos en tu vida. Determínate. Renuncia al doble ánimo y haz lo que tengas que hacer con ánimo pronto.

    El corazón alegre hermosea el rostro, más por el dolor del corazón el espíritu se abate nos enseña Proverbios 15:13. No es de Dios estar con el rostro adolorido por causa del evangelio. Nehemías, el copero del rey, tenía siempre buen ánimo y lucía un rostro hermoso, alegre, contento. El día que el Rey lo vio triste le preguntó qué tipo de enfermedad tenía. Nehemías recibía la noticia del estado lamentable del pueblo de Israel.

    Los que servimos a Dios tenemos que cuidar nuestro rostro, tenemos que servir con buen ánimo. El buen ánimo soporta la enfermedad, el anhelo, el deseo de querer y realizar las cosas. Cuando Pablo tenía que enviar a la iglesia de Filipo a un mensajero, Pablo dice que a ninguno tenía de buen ánimo sino a Timoteo. Pablo con todos los problemas y padecimientos que tenía gozaba de buen ánimo. Que importante tener el buen ánimo.

    Hagamos las cosas como para Dios. Teniendo ánimo moveremos cielo y tierra para lograr cambiar las cosas. Jesús dijo que para el que cree todo es posible. Se necesita buen ánimo para hacer las cosas. El buen ánimo contagia. Nehemías reedificó todas las murallas de Israel porque el pueblo tuvo ánimo y trabajó.

    ¿Cómo recuperamos el ánimo perdido? Acercándonos a Dios para purificar nuestros corazones como lo establece la biblia en el libro de Santiago 4:8. Cuando nos acercamos a Dios entendemos su plan para nuestras vidas en todas sus áreas. El acercarnos a Dios nos beneficia y nos cambia en todos y cada uno de las diferentes áreas de nuestra existencia.
    Acerquémonos hoy más a Dios a través de su hijo amado Jesús. Dios es el único que puede hacer la obra en nosotros y purificar nuestros corazones. 


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